Beneficios del Seguro Social (SSA)
Vivir y trabajar en Estados Unidos implica muchas responsabilidades, pero también abre la puerta a derechos y beneficios en nuestra vida y la de nuestras familias. Uno de los más importantes es el Seguro Social, un programa federal que no solo acompaña nuestra jubilación, sino que también ofrece apoyo en caso de incapacidad, pérdida de un ser querido o necesidad económica extrema.
Entender cómo funciona, quién califica y qué beneficios existen es clave para sacarle el mayor provecho y asegurarnos un futuro más estable.
La Social Security Administration (SSA) ofrece una red de protección financiera que acompaña a millones de personas en Estados Unidos a lo largo de su vida laboral y después de ella. Sus beneficios principales (que puedes consultarlos en la web de ssa.gov/es) incluyen pagos mensuales por jubilación, incapacidad, y sobrevivientes, así como el programa de Ingreso Suplementario (SSI) para quienes tienen recursos limitados.

- Beneficios de la Social Security Administration
- Beneficios por jubilación
- Atención médica con Medicare
- Seguro Social por incapacidad
- Seguro de ingreso suplementario
- Consulta del historial laboral
- Créditos fiscales
- Beneficios para cónyuges y familiares sobrevivientes
- ¿Quién califica para recibir beneficios?
- ¿Cómo afecta el estatus migratorio?
Además, la SSA administra el acceso a Medicare, el seguro médico para personas mayores o con discapacidad, lo que representa otro respaldo esencial. A lo largo del tiempo, mientras trabajamos y pagamos impuestos, vamos construyendo el derecho a estos beneficios. Por eso, entender cómo funciona la SSA y consultar regularmente nuestro historial laboral es clave para tomar decisiones informadas sobre nuestro futuro.
Beneficios por jubilación
Los beneficios de jubilación del Seguro Social son una ayuda económica mensual que podemos recibir una vez que alcanzamos cierta edad y hemos trabajado lo suficiente en Estados Unidos. A lo largo de nuestra vida laboral, vamos acumulando “créditos” que nos califican para obtener este ingreso. Generalmente y se necesitan al menos 40 créditos, lo que equivale a unos 10 años de trabajo, para tener derecho a este beneficio.

Podemos empezar a recibir los pagos desde los 62 años, aunque si esperamos hasta la llamada “edad plena de jubilación” (que varía entre los 66 y 67 años, según el año de nacimiento) el monto mensual será mayor. Y si decidimos posponerlo hasta los 70, el beneficio aumenta aún más. Por eso, conviene revisar bien nuestro historial laboral y considerar nuestra salud, necesidades y otros ingresos antes de elegir cuándo retirarnos.
Atención médica con Medicare
Medicare es el programa de atención médica del gobierno federal que ofrece cobertura a personas de 65 años o más, así como a algunas personas con discapacidad que reciben beneficios del Seguro Social por incapacidad.

Este programa se divide en varias partes: la Parte A cubre servicios hospitalarios, la Parte B incluye consultas médicas y atención ambulatoria, y la Parte D ofrece cobertura para medicamentos recetados. También existe la opción de Medicare Advantage (Parte C), que combina los servicios y puede incluir beneficios adicionales.
Para muchos de nosotros, Medicare es una red de seguridad vital que nos permite acceder a servicios médicos esenciales sin poner en riesgo nuestras finanzas al llegar a la tercera edad o vivir con una discapacidad.
Los beneficios del Seguro Social por incapacidad (también conocidos como SSDI, por sus siglas en inglés) están diseñados para apoyarnos económicamente si una condición médica grave nos impide trabajar por un largo periodo. A diferencia de otros programas de asistencia, estos beneficios no se otorgan por necesidad económica, sino por haber trabajado y contribuido al sistema del Seguro Social el tiempo suficiente antes de quedar incapacitados.

Para calificar, debemos cumplir con ciertos requisitos de créditos laborales según nuestra edad y demostrar, mediante evidencia médica, que la discapacidad durará al menos un año o podría causar la muerte. Una vez aprobada la solicitud, podemos recibir un pago mensual que depende de nuestros ingresos anteriores. Además, después de dos años con este beneficio, también podemos acceder a Medicare, sin importar nuestra edad.
Seguro de ingreso suplementario
El Seguro de Ingreso Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés) es un beneficio mensual que ayuda a personas con ingresos y recursos limitados, especialmente si tienen una discapacidad, son ciegas o mayores de 65 años. A diferencia de otros programas del Seguro Social, el SSI no requiere historial laboral previo, ya que está financiado por fondos generales del gobierno y no por los impuestos sobre el trabajo.
Este apoyo busca cubrir necesidades básicas como comida, ropa y vivienda. Para calificar, hay que cumplir con ciertos límites de ingresos y propiedades, y también con requisitos migratorios específicos. Es una herramienta clave para quienes enfrentan dificultades económicas y no tienen otra fuente de ingreso regular.
Consulta del historial laboral
Podemos consultar nuestro historial laboral e ingresos directamente con el Seguro Social a través de su plataforma en línea. Solo necesitamos crear una cuenta personal en el sitio oficial: ssa.gov/myaccount. Ahí encontraremos un registro detallado de los ingresos que hemos reportado cada año y cuántos créditos hemos acumulado hasta ahora.

Este historial es la base para calcular todos los beneficios del Seguro Social, como la jubilación, la incapacidad o los pagos a sobrevivientes. Por eso es tan importante revisarlo con frecuencia.
Si notamos algún ingreso que no aparece (por ejemplo, si un empleador no reportó lo que debía) podemos corregirlo presentando pruebas como formularios W-2, recibos de pago o declaraciones de impuestos. Cuidar ese historial es cuidar nuestro futuro y el de nuestra familia.
Créditos fiscales
Los créditos fiscales del Seguro Social son la base para determinar si calificamos o no para recibir beneficios como la jubilación, la incapacidad o los pagos a sobrevivientes. Cada vez que trabajamos legalmente en Estados Unidos y pagamos impuestos sobre nuestros ingresos, acumulamos estos créditos.
Estos créditos no tienen fecha de vencimiento, así que los que acumulamos en el pasado siguen contando. Por eso es tan importante asegurarnos de que nuestros empleadores reporten correctamente nuestros ingresos y mantenernos al tanto de nuestro historial laboral a través de la cuenta personal del Seguro Social.
Beneficios para cónyuges y familiares sobrevivientes
El Seguro Social también ofrece beneficios para cónyuges, hijos y otros familiares sobrevivientes cuando una persona fallece y ha trabajado lo suficiente como para haber acumulado créditos. Es una forma en que el sistema protege a nuestras familias incluso cuando ya no estamos. Estos pagos mensuales pueden ser una ayuda crucial para mantener cierta estabilidad económica tras la pérdida de un ser querido.
Por ejemplo, un cónyuge puede recibir beneficios si tiene al menos 60 años (o 50 si está discapacitado), o en cualquier edad si cuida de un hijo menor de 16 años o con discapacidad. Los hijos menores de 18 años también pueden calificar, así como algunos padres mayores de 62 que dependían económicamente del trabajador fallecido. Todo esto depende de cuántos créditos laborales acumuló la persona antes de morir.
¿Quién califica para recibir beneficios?
Para calificar a los beneficios del Seguro Social, lo esencial es haber trabajado legalmente en Estados Unidos y haber contribuido al sistema mediante el pago de impuestos sobre tus ingresos. Cada vez que trabajas, vas acumulando créditos laborales, y estos determinan si puedes acceder a beneficios como jubilación, incapacidad, o pagos para tu cónyuge o hijos en caso de fallecimiento.

En la mayoría de los casos, se necesitan al menos 40 créditos, que equivalen a unos 10 años de trabajo, para recibir beneficios de jubilación. Para otros programas, como el de incapacidad o sobrevivientes, puede requerirse menos, dependiendo de tu edad al momento del reclamo. Además, es necesario tener un número válido del Seguro Social, y en algunos casos, cumplir con requisitos migratorios específicos, como ser residente legal permanente o tener ciertos tipos de visa que permitan trabajar.
Si bien el monto y tipo de beneficio que puedes recibir varía según tu historial laboral, ingresos y edad, lo más importante es haber contribuido al sistema. Y si tienes dudas sobre tu elegibilidad, lo mejor es revisar tu cuenta en ssa.gov o llamar directamente a sus oficinas para obtener información personalizada.
¿Cómo afecta el estatus migratorio?
El estatus migratorio sí tiene un papel importante a la hora de determinar si una persona puede recibir beneficios del Seguro Social en Estados Unidos. Para acceder a la mayoría de los beneficios —como la jubilación, la incapacidad o los pagos a sobrevivientes— necesitamos tener un estatus migratorio que nos permita trabajar legalmente y contar con un número válido del Seguro Social. Además, hay que haber acumulado suficientes créditos laborales, como cualquier otro trabajador.
Si somos residentes permanentes (con Green Card) o hemos trabajado con un permiso válido (como una visa de trabajo o TPS con autorización de empleo), nuestros aportes al Seguro Social cuentan para calificar. Incluso si regresamos a vivir a nuestro país de origen, en algunos casos podemos seguir recibiendo beneficios, dependiendo del país y de convenios internacionales que tenga EE.UU.
Por otro lado, si una persona trabajó sin documentos o sin número válido del Seguro Social, esos ingresos no se reflejan en su historial laboral y no ayudan a calificar para beneficios. Sin embargo, si luego regulariza su situación y empieza a trabajar con un número válido, puede empezar a acumular créditos desde ese momento. En resumen, sí se puede acceder a los beneficios del SSA como inmigrante, pero el estatus legal y la forma en que hemos trabajado influyen directamente en lo que podemos recibir.